El tiempo que está por venir, no se encuentra en la ciencia, no está en las escuelas ni en las leyes. Se leen los libros pero no se observan las estrellas; no saben lo que acontece en la vida, en el monte, en los pozos que refrescan, en el Mayab, en el centro del mundo. Queremos augurar los años que se avecinan. ¿Cómo saber algo que no ha sucedido? Tan sólo tenemos que creer y agradecer a la aurora del nuevo día, a la claridad del cielo.