El Chacah es un árbol de corteza rojiza, se utilizaba para bajar la fiebre y contra infecciones estomacales. Pero además es el antídoto contra las quemaduras producidas por el Chechén. Una leyenda maya cuenta que en Xel-Há vivía la hermosa princesa Nicte-há y que dos guerreros estaban enamorados de ella; uno se llamaba Tzic (furia) y otro Kinich (rostro del sol). Antes de morir, Tzic le pidió a los dioses mayas un deseo: quedarse cerca de su princesa amada. Los dioses le concedieron su deseo y renació en el árbol Chechén. Kinich, antes de morir pidió a los dioses lo mismo, para vigilar a su princesa del guerrero Tzic, y renació como el árbol Chacah. Por esta razón, cuando veas un Chechén, siempre encontrarás un Chacah cerca. [www.blogxenotes.com/arboles-sagrados-mayas]