La casa de Globito y Bizcochito en Mérida. La historia de la foto: Caminaba por los alrededores y se me ocurrió tomarle una foto a las cotorras figuras de la galletería. La reja de la fábrica estaba abierta y pedí pasar (ofrecí dejar mi credencial de elector en la caseta de vigilancia). Me dijo uno de los guardias que tenía que tramitar un permiso para entrar. Le dije, ok, pues ni modo, no entraré. La reja se cerró. Saqué la cámara para hacer la toma desde la banqueta a través de los barrotes. Tomé la foto. Otro guardia se acercó y me dijo que "¡estaba prohibido sacar fotos de la fábrica!" Le dije, que ok, que ya la había tomado y que estaba en la vía pública. Unos segundos después salió una mujer guardia a exigirme que le entregara mi credencial de elector para que tomaran mis datos porque estaba prohibido tomarle fotos a la fábrica aún desde la calle. Le dije que estaba loca y que yo no tenía la obligación de identificarme con guardias privados estando en la vía pública. Sin pensarlo la gorda trató de tomarme del brazo mientras otro guardia salía a la calle. Me dijo que me iban a retener en la caseta de vigilancia dentro de la fábrica hasta que llegara el "supervisor de seguridad de la compañia" (lo que significaba entrar a la propiedad privada de la fábrica). Le dije a la gorda "estás bien pendeja, ni mi credencial y menos me vas a meter a la fábrica." Acto seguido comencé a caminar. La gorda me siguió y echó a correr para alcanzarme. Corrí más rápido y crucé la calle. Por poco la atropellan. A unos 300 metros de la fábrica había visto una pick up de la policía. Corrí hacia allá para que me hicieran el paro contra la gorda furiosa. Llegué hasta ahí y les dije cómo estaba el asunto y que estaba en la vía pública, era turista, etc. Después de identificarme con la policía hasta con placas dentales, llegó un comandante en otra patrulla. A explicar de nuevo... Que quieren ver la cámara y las fotos, que dónde está el rollo, que ah, está bonita la cámara, que quieren ver la foto... que nomás saqué una foto de los muñequitos... Llegaron más guardias. Uno de los polis les da mi credencial y les permite que se la lleven a fotocopiar. Se la trato de arrebatar a la gorda, un poli no me deja. Su ametralladora me convence. Se va la gorda con mi credencial. En total se juntan 4 patrullas y 10 policias en el evento (algunos con armas largas, que no utilizaron para amenazarme, pero da miedo de todas maneras). El comandante dice que no hay problema, que me dejen ir. Hay que esperar a que venga el idiota supervisor de seguridad de la fábrica, que llega 15 minutos después nada más a "pedirme disculpas" por el incidente y me devuelve la credencial. Le digo que vaya a chingar a su madre con todo y sus galletas. Los polis que quedaban ya estaban echando desmadre junto conmigo sobre el suceso. Lo encabronado se me estaba pasando. Aprovecho para decirle a la gorda que también ella chingue a su madre. Me responde que "es su trabajo." Le pido amablemente de nuevo que chingue a su madre y se va. Les expliqué a los policias que cualquier persona es libre de tomar las fotos que le de la gana mientras esté en la vía pública y no moleste a nadie (¡menos si se trata de dos galletas de concreto!). Me respondieron que "la gente en Mérida está sacada de onda por los 10 decapitados de hace unos días." En fin. ¿Si la "autoridad" no entiede las garantías constitucionales mínimas de libertad de tránsito y no entiende la ilegalidad de que vigilantes comerciales de una fábrica me quisieran privar ilegalmente de la libertad, pues a quién se lo explicamos? En fin, quedó en anécdota. Lo que me molesta más es que simpre defendí las galletas Dondé, que son una de las últimas fábricas nacionales de galletas. Todas las demás ya las compró Gamesa o Nabisco. Por lo pronto no he vuelto a comprar galletas Dondé. Globito y Bizcochito son malévolos. No sé que guarden dentro de esa fábrica. Yo creo que sus galletas de animalitos sí estan hechas de animales muertos, o trafican con plutonio. De otra forma no entiendo por qué son tan paranóicos.