El Templo de Diana es un templo romano construido en el Siglo I D..C. en la ciudad de Augusta Emerita, capital de la provincia romana de Lusitania, actual Mérida (Badajoz). Se levantó en el foro municipal de la ciudad romana siguiendo la configuración habitual de los templos de la antigüedad clásica y es el único edificio religioso romano que ha perdurado en Mérida en un aceptable estado de conservación. En realidad estaba dedicado al culto imperial, no a la diosa Diana, y debió ser uno de los templos principales de la urbe, a juzgar por su dedicación y por el lugar preeminente que ocupaba en el espacio urbano. Desde el año 1993 está declarado Patrimonio de la Humanidad como parte del Conjunto arqueológico de Mérida.