El puente romano de Mérida (Badajoz) es considerado el más largo de la antigüedad, ya que, en los tiempos del Imperio Romano la obra se elevaba sobre el río Guadiana a lo largo de dos tramos separados por un tajamar, mientras que en la actualidad tiene una longitud de 790 m y descansa sobre 60 arcos, de los cuales tres permanecieron ocultos hasta finales del Siglo XX, cuando las obras de regeneración de los márgenes del río los dejaron al descubierto. El puente forma parte del Conjunto arqueológico de Mérida, uno de los principales y más extensos conjuntos arqueológicos de España, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993 por la Unesco.